Liturgia de San Lorenzo

PRIMERA LECTURA: Eclesiástico 51, 1-8

Te alabo, mi Dios y salvador; te doy gracias, Dios de mi padre.

Contaré tu fama, refugio de mi vida, porque me has salvado de la muerte, detuviste mi cuerpo ante la fosa, libraste mis pies de la garra del Abismo, me salvaste del látigo de la lengua calumniosa y de los labios que se pervierten con la mentira, estuviste conmigo frente a mis rivales, me auxiliaste con tu gran misericordia del lazo de los que acechaban mi traspié, del poder de los que me persiguen a muerte, me salvaste de múltiples peligros, del cerco apretado de las llamas, del incendio de un fuego que no ardía, del vientre de un océano sin agua, de labios mentirosos e insinceros, de las flechas de una lengua traidora.

Cuando estaba ya para morir, y casi en lo profundo del Abismo, me volvía a todas partes y nadie me auxiliaba, buscaba un protector y no lo había, recordé la compasión del Señor y su misericordia eterna, que libra a los que se acogen a él y los rescata de todo mal.


SALMO RESPONSORIAL: 111,1-2.5-6.7-8. 9

Dichoso quien teme al Señor y ama de corazón sus mandatos.

Su linaje será poderoso en la tierra, la descendencia del justo será bendita.

Dichoso el que se apiada y presta, y administra rectamente sus asuntos.

El justo jamás vacilará, su recuerdo será perpetuo.

No temerá las malas noticias, su corazón está firme en el Señor.

Su corazón está seguro, sin temor, hasta que vea derrotados a los enemigos.

Reparte limosna a los pobres, su caridad es constante, sin falta,

y alzará la frente con dignidad.


SEGUNDA LECTURA: 2ª Corintios 9, 6-10

Hermanos:

El que siembra tacañamente, tacañamente cosechará y el que siembra generosamente, generosamente cosechará.

Cada uno dé como haya decidido su conciencia: no a disgusto ni por compromiso; porque al que da de buena gana lo ama Dios.

Tiene Dios poder para colmaros de toda clase de bienes, de modo que, teniendo siempre lo suficiente, os sobre para obras de caridad.

Como dice la Escritura: «Reparte limosna a los pobres, su caridad es constante, sin falta.»

El que proporciona la semilla para sembrar y pan para comer, os proporcionará y aumentará la semilla, y multiplicará la cosecha de vuestra caridad.


EVANGELIO: San Juan 12, 24-26

En aquél tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Os aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto.El que se ama a sí mismo, se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se guardará para la vida eterna.El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo premiará.


CONTEMPLACIÓN

Escuchó la Palabra de Dios y la cumplió.

Dichoso él.

En los días de su vida sembró con generosidad:

la semilla del amor, de la fe, de la esperanza

en el corazón de sus hermanos.

Cuando soportaba los crueles tormentos

recordó la compasión del Señor

y se acogió a su misericordia eterna.

Cayó y murió como grano de trigo en la tierra

pero el Padre premió su servicio generoso

y dio mucho fruto: el ciento por uno.

Dichosos nosotros si, como San Lorenzo,

escuchamos la Palabra Dios y la cumplimos.


ORACIÓN

Gracias Lorenzo, por el testimonio de tu vida y de tu muerte.

Tu fuerza fue más grande que la de los que te mataban.

Tu valentía y coraje más auténtico que el de aquél que te mandaba matar.

Gracias Señor por darnos santos que, como Lorenzo,

nos ayudan a vencer las dificultades de la vida.

Gracias Señor, porque en el testimonio y valentía de tus mártires,

nosotros podemos contemplar tu grandeza.

Multiplica en nosotros, Señor, los dones de tu amor.

Haznos fuertes y generosos, al estilo de San Lorenzo.

Que sepamos compartir con los demás los verdaderos tesoros de tu Iglesia:

la fraternidad, la justicia, el amor, la verdad.

Que procuremos no tanto ser servidos sino servir,

para que siempre y en todo lugar se haga tu voluntad.